LA JUVENTUD DE MI VEJEZ
termina a los cincuenta y seis años.
Estoy en la edad en que la vida no es más un proyecto.
He vivido más de lo que me falta. Los años han pasado y las
huellas dejadas en el espacio físico de mi cuerpo y de mi alma, son
tangibles y reales.
Hoy tengo que hacer un esfuerzo mayor para lucir mejor.
La esclavitud de pintarme el pelo y cuidar mi cara, me recuerdan
constantemente que mis lágrimas y mis risas no han sido en vano,
que cada cana y cada arruga tienen su historia.
He vivido mucho, he reído mucho y he llorado mucho.
Sin embargo, a pesar de esto, considero que el gran cambio
que los años aportaron a mi vida se ha producido en mi alma.
Los años me enseñaron a priorizar, a conciliar con el amor, a
agradecer el regalo de la amistad y a afianzar mi espiritualidad.
Hoy confieso que un beso de mis hijos, la sonrisa de mis nietos, o
una celebración familiar, producen más luces en mi vida, que la
más deslumbrante constelación de estrellas.
He aprendido además, que mi príncipe azul es real.
En algún momento cabalgó tan lento, que sentí la necesidad de
avanzar por mi sola, en otras ocaciones se me adelantó tanto, que
era casi imposible alcanzarlo. Hoy, él y yo estamos en paz.
Los años que han pasado también me han demostrado, que mis
amigos y mis amigas han sido seres de luz que han iluminado mi
camino en algún momento y en algún lugar, sin importar el tiempo
y la distancia.
Que mi Fé se ha vuelto persistente y tolerante. He asumido la
responsabilidad de mi espiritualidad, sin fanatismo, ni obsesiones.
Mi Fé me ha ayudado a aceptar lo que no puedo entender, ni
cambiar, y a fortalecer mi tolerancia hacia las creencias de
los demás.
Los años han pasado y la realidad de mi vida ha ido cambiando.
Aunque mi cuerpo físico esté envejeciendo, mi alma se está
rejuveneciendo, y hoy me siento mas joven, que cuando era joven.
No temo a la vida y mi epoca de inseguridades y de correr tras la
vida ya pasó. He caminado lo suficiente para entender, que no
puedo vivir de apariencias, porque si lo hago, dejo de vivir lo que
es esencial para mi alma.
Después de tantos años entendí, que el amor verdadero es real, que
su presencia en mi vida ha sido el producto de todo el amor y las
virtudes emanadas por quienes han pasado por mi vida, dándome
todo lo mejor que podían y lo que tenían.
También comprendí, que no debo más que sentir agradecimiento
por haber tenido el privilegio de que mis amigos/as me eligieran
como una acompañante del alma, en su ruta por la vida.
Por ultimo, he conocido a Dios, El sabe quien soy yo y
yo sé quien es El.
Con todo esto, vivo mi realidad día a día, entendiendo que es
tiempo de asumir las experiencias y que no importa lo que pase
con mi cuerpo físico, las circunstancias actuales de mi vida estan
centradas en lo que pase con la juventud de mi alma.
Metamorfosis del alma..
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