jueves, 18 de enero de 2018

BAILAR TERAPIA CONTRA VEJEZ









La vejez se combate bailando


El baile como una actividad que ejercita la capacidad
 mental. Ese es el objetivo de investigación de un grupo
 de científicos de la Universidad Masaryk de Brno,
 en colaboración con un grupo de personas mayores 
que asisten a un centro de baile de la ciudad. 

Pese a que aún falta tiempo y trabajo para arrojar
 los resultados, la experiencia ya habla por sí misma.
La pérdida del rendimiento mental, de la memoria 
y la demencia senil pueden ser casi un hecho al 
alcanzar cierta edad. El Instituto Centroeuropeo
 de Tecnología (CEITEC), adscrito a la Universidad 
Masaryk, realiza una investigación para demostrar
 los efectos positivos del movimiento corporal 
en la salud cerebral.



Personas mayores de alrededor de 70 años se reúnen 
varias veces a la semana para bailar al tempo de
 diversos ritmos, marcados por la instructora Pavlína 
Vaculíková, quien comenta a Televisión Checa.

“Practicamos bailes que son sencillos y ahora
 nos acercamos a ritmos africanos y griegos. 
Se nota que logran hacer los pasos cada 
vez mejor”. 








El ejercicio no solo consiste en seguir la música, 
sino también en charlar mientras se baila y 
así entrenar la sincronización de ambas actividades
 sin perder la concentración en ninguna de ellas.
Parte de la investigación consiste en observar 
comparativamente la plasticidad cerebral antes 
y después del proyecto mediante resonancias
 magnéticas. La jefa de la investigación, Irena
 Rektorová, del centro CEITEC, agrega.

“La demencia lleva a la pérdida de la corteza 
cerebral. Por supuesto que el movimiento no 
puede detener el proceso neurodegenerativo del 
cerebro, pero sí pensamos que lo desacelera”. 
Se trata de una pesquisa a largo plazo y que requiere 
de cientos de datos para ser del todo constatada.
Sin embargo, son los mismos ancianos quienes 
por experiencia propia confirman que desde que 
han comenzado a bailar se sienten mucho
 más lúcidos.


Una de las bailarinas asiduas, Drahomíra Rutarová, 
comenta que asociar los nombres a las caras ya no 
es un problema cuando se topa con conocidos por 
Brno y que ya puede hacer mercado sin listas, pues 
su memoria está simplemente entrenada. De hecho, 
ya no le es necesario ir tanto al mercado, pues 
prefiere pasar más tiempo bailando.









Otro de los testimonios los da Jaroslav 
Majerčík, a quien ahora no se le pasan las
 fechas importantes.

“Tengo cada vez más nietos y soy capaz de 
acordarme de las fechas de sus cumpleaños. 
Hasta me acuerdo de la fecha de mi matrimonio
 que fue el 3 de marzo de 1979, lo cual aprecia
 principalmente mi esposa”.






Parece así que dentro de poco los científicos 
de Brno ya podrán afirmar que vivir es 
bailar y viceversa.




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