domingo, 20 de agosto de 2017

APREDIENDO SOBRE ARTROSIS.




Qué es la artrosis







Es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones. 

Normalmente, está localizada en las manos, las rodillas, la 

cadera o la columna vertebral. La artrosis provoca dolor, 

inflamación e impide que se puedan realizar con normalidad 

algunos movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, 

subir escaleras o caminar.


Las articulaciones 

son los componentes del esqueleto que permiten la conexión 

entre dos huesos (como por ejemplo el codo, la rodilla, la cadera, 

etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido 

encargado de recubrir los extremos de estos huesos y es 

indispensable para el buen funcionamiento de la articulación

 puesto que actúa como un amortiguador.


La artrosis va provocando el deterioro del cartílago articular 

provocando que los huesos se vayan desgastando y aparezca 

el dolor. A medida que el cartílago va desapareciendo, el 

hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos) produciendo 

la deformación de la articulación.


Estadisticas


Es la enfermedad articular más frecuente en España, según los 

datos de la Sociedad Española de Reumatología, que estima que

 más de 7 millones de españoles mayores de 20 años tienen artrosis 

de rodilla, mano o columna. Además, esta enfermedad es más 

frecuente en mujeres, un 52 por ciento, frente al 29 por ciento 

en los hombres.


“Desde el punto de vista radiológico, el segmento de población

 entre los 50 y 64 años presenta un 70 por ciento de artrosis en las

 manos, un 40 por ciento en los pies, un 10 por ciento en las rodillas

 y un 3 por ciento en las caderas”, indican los especialistas
.

Además, según la Organización Mundial de la Salud, cerca 

del 28 por ciento de la población mundial mayor de 60 años

 presenta artrosis y el 80 por ciento de ésta tiene limitaciones

 en sus movimientos. El aumento de la esperanza de vida y el 

envejecimiento de la población harán que la artrosis se convierta

 en la cuarta causa de discapacidad en el año 2020.

Las causas


A día de hoy no se conocen con exactitud las causas 

que producen la artrosis, pero existen algunos factores 

de riesgo asociados a su aparición:



Edad: 

aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años.


  •  

Sexo

afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.



  •  

Genética

puede ser también una enfermedad hereditaria. 

En concreto, la herencia genética en el desarrollo 

de la artrosis puede llegar a ser hasta de un 

65 por ciento.



Actividad laboral


la repetición de los movimientos


articulares puede llevar, a largo plazo, a la 

sobrecarga articular. Por eso, determinadas 

actividades laborales (peluqueras, albañiles, 

etc.), pueden provocar la aparición 

de artrosis.






  •  

Actividad física elevada

los deportistas de élite tienen

mayor riesgo de desarrollar la 

enfermedad.

  •  

Menopausia:

 la disminución de los niveles de estrógenos que se 

produce con la llegada de la menopausia es uno de 

los factores de riesgo para su desarrollo.


  •  

Obesidad

no parece participar en el desarrollo de artrosis, 

pero sí que puede agravarla en determinadas 

articulaciones como las rodillas.


  •  

Traumatismos

fracturas y lesiones pueden ser un 

factor desencadenante.


Síntomas


Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, 

progresivas y aparecen dilatadas en el tiempo.

Los síntomas más frecuentes son el dolor articular

la limitación de los movimientos, los crujidos y, en

 algunas ocasiones, el derrame articular. Además, 

algunas personas pueden presentar rigidez y

 deformidad articular.


El síntoma que más preocupa a las personas 

con artrosis es el dolor. En un primer estadio, 

éste se desencadena cuando se mueve o se realiza

 un esfuerzo con la articulación. Este dolor suele

 cesar con el reposo. Posteriormente, el agravamiento 

de la artrosis hará que el dolor aparezca tanto con

 el movimiento, como con el reposo.


Uno de los puntos buenos del dolor artrósico es que

 no siempre es constante, por lo que los pacientes que

pueden estar durante largos periodos de tiempo sin 

padecer dolor, lo cual no significa que la artrosis 

no siga su evolución.




Prevención


La principal medida que tienen que tener en cuenta

 los grupos de riesgo para prevenir el desarrollo de la 

enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada

como la dieta mediterránearealizar ejercicio físico

 de forma moderada, actividades que sean acordes a

 la edad y el estado físico actual de la persona y evitar 

la obesidad.










También conviene limitar el esfuerzo físico intenso, 

como cargar objetos pesados o las actividades laborales 

que implican sobre esfuerzo.

Por otro lado, los expertos recomiendan que las 

personas sean cuidadosas al practicar deportes de 

contacto, como el fútbol o el rugby, ya que no están 

recomendados para los pacientes con artrosis.

 El motivo es que estos deportes son uno de los

 factores que pueden desencadenar la enfermedad. 

De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de 

rodilla debido a las lesiones que han sufrido 

en el menisco.

En caso de tener la enfermedad deben evitar los 

movimientos que producen dolor, sin llegar a 

inmovilizar la zona.

Tipos


En la actualidad la artrosis se manifiesta 

principalmente en cuatro áreas:

Artrosis de rodilla



La artrosis de rodilla es el tipo más frecuente de artrosis. 

De hecho, en España la sufren un 10 por ciento de los

 españoles. Se puede distinguir entre dos tipos de artrosis 

de rodilla:


                             Artrosis de rodilla primaria


-Está muy relacionada con el envejecimiento y con la genética, 

y va ligada al desgaste de las diferentes partes que forman la

 rodilla (los huesos la membrana sinovial y el cartílago).






                              Artrosis de rodilla secundaria: 


-Se suele producir por una lesión previa, como pueden 

ser una fractura o una lesión de ligamentos. Suele afectar

 a deportistas y a personas obesas, ya que el sobreesfuerzo

 que exigen a sus rodillas es elevado.




En este caso la enfermedad afecta a las partes interna 

y/o frontal de la rodilla provocando dolor cuando se realiza 

un esfuerzo. Como consecuencia de este dolor y por la 

evolución degenerativa de la enfermedad el paciente puede 

tener cojera si la enfermedad avanza a un estadio avanzado. 

En este tipo de artrosis el movimiento de la articulación suele 

causar chasquidos.


Artrosis de manos



La artrosis de manos es el segundo tipo de artrosis más común. 

En España la sufren un 6 por ciento de los ciudadanos. Suele 

estar estrechamente ligado al sexo femenino y a la herencia 

genética del paciente. La artrosis de manos se origina en una

 articulación y, posteriormente, puede extenderse al resto de 

la mano.









Es muy visible, ya que suele deformar los dedos y llega

 a afectar al día a día de los pacientes en tareas cotidianas

 como la escritura. Durante el proceso el dolor acompaña 

la evolución de la enfermedad siendo más fuerte al 

principio y mitigándose a medida que aparecen 

los nódulos.


 Las molestias suelen disminuir cuando la deformación 

se completa. La funcionalidad de la mano puede verse 

afectada y la articulación puede quedar un poco

 flexionada o desviada.


Artrosis de cadera


La artrosis de cadera es aquella que afecta a la parte 

superior de la pierna. Este tipo de artrosis es bastante 

frecuente, aunque no tanto como la artrosis de rodilla

 o de mano. 

En general, es propia de personas mayores, pero puede

 aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional

 en jóvenes.


El síntoma fundamental es el dolor, que se localiza en la

 zona de la ingle y en la zona interna del muslo. Sin 

embargo, en ocasiones el dolor se puede reflejar 

en la rodilla.


Al principio de la enfermedad, el dolor sólo aparece al 

caminar y al subir o bajar escaleras. También se siente 

dolor tras un período de reposo, hasta que la articulación 

entra en calor, y luego vuelve a aparecer tras una larga 

caminata o ejercicio prolongado, porque se sobrecarga 

la articulación. De forma progresiva, se van haciendo 

difíciles acciones tan elementales como cruzar o flexionar

 las piernas, o caminar. En estadios avanzados el dolor puede 

aparecer durante la noche, por la posición de reposo y, 

con el paso del tiempo, es normal que aparezca cojera

 al caminar.





Artrosis de columna


La columna vertebral está formada por muchas 

articulaciones. 


Esto provoca que se pueda desarrollar artrosis en esta 

zona, frecuentemente en el área lumbar y cervical.

Este tipo de artrosis puede ser asintomática por lo que 

en muchas ocasiones no está diagnosticada y se localiza 

de forma fortuita al realizar una radiografía por 

otro motivo.


El dolor puede aparecer al realizar actividades mecánicas, 

como movimientos y sobrecargas en la zona afecta. Además, 

los cambios de tiempo y de presión suelen agravar el dolor.


Diagnóstico


Según explican desde la Sociedad Española de 

Reumatología (SER), el diagnóstico de la patología

 se realiza mediante una entrevista clínica.

Existen algunas pruebas que ayudan al especialista 

a completar el estudio. Mediante una radiografía el 

médico puede distinguir los osteofitos, el pinzamiento 

del cartílago, las geodas subcondrales y la disminución 

asimétrica del espacio articular, síntomas claros 

de la artrosis.


Otras pruebas que se pueden utilizar en casos 

excepcionales son la TC y la resonancia magnética 

cuando el médico tenga dudas sobre el origen del proceso

 o esté estudiando de forma complementaria otros problemas, 

como una extrusión discal en una espondiloartrosis 

o la rotura meniscal en una gonartrosis.









Por último, la ecografía de alta resolución se ha 

incorporado como una herramienta diagnóstica muy 

eficaz porque revela las partes blandas que rodean la 

articulación, así como si hay inflamación o lesión en 

alguna de ellas y distinguir si el perfil del hueso se está

 alterando.

Tratamientos


El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es 

mejorar el dolor y la incapacidad funcional sin

 provocar efectos secundarios.


Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el 

primer paso que deben dar los especialistas es enseñar 

a los pacientes a evitar todo lo que contribuye a lesionar

 las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos

 repetitivos, actitudes inadecuadas en el trabajo, el calzado,

 los útiles de cocina, el mobiliario, etc.


En segundo lugar, se aconseja que cada paciente tenga 

una tabla de ejercicios personalizada y adaptada que 

deberá realizar bajo la supervisión del fisioterapeuta para 

mejorar el curso de la enfermedad.


Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo 

decidirá el tratamiento farmacológico adecuado 

para cada caso:


Antiinflamatorios y/o analgésicos


En la fase más aguda, el dolor aumenta mucho a causa 

de la inflamación de la zona afectada. Llegados a este 

punto, puede ser necesaria necesaria la prescripción 

médica de antiinflamatorios y/o analgésicos para 

reducir la hinchazón de la zona y así calmar el dolor.


Medicamentos condroprotectores



Son los únicos medicamentos específicos para tratar

 la artrosis a largo plazo porque actúan directamente 

sobre la articulación afectada. No sólo alivian el dolor

 y mejoran la movilidad, sino que se está demostrando 

que tienen capacidad para atacar la enfermedad de raíz, 

ralentizando el deterioro de la articulación. Entre ellos 

encontramos fármacos como el condroitín sulfato

el sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico.


En 2015, The Cochrane Library publicó una revisión 

sobre condroitín sulfato que confirma la eficacia y 

seguridad de este fármaco en el tratamiento de la artrosis. 

Las conclusiones evidencian que los pacientes tratados 

con condroitín sulfato presentaron una mejora del dolor 

y de la capacidad funcional estadísticamente significativa 

y clínicamente relevante frente a placebo, demostrando 

además ventajas de seguridad.


Cirugía


Si el paciente se encuentra en un estadio final de la 

enfermedad los especialistas recomiendan como 

opción terapéutica la cirugía protésica.


Otros datos Pronósticos






Aunque esta enfermedad no es muy grave, sí disminuye 


significativamente la calidad de vida de los pacientes. 


De hecho, su pronóstico difiere bastante dependiendo


de la articulación que esté afectada y la evolución


 de la patología.


Además, factores como el diagnóstico temprano

 y las medidas de prevención articular pueden 

contribuir a ralentizar el desarrollo de la artrosis.


En términos generales, la SER explica que la 

evolución de la patología es lenta y progresiva.


¿Cómo afecta a la vida del paciente?


El dolor y la falta de movilidad son los principales 

factores que inciden y disminuyen la calidad de vida

 de los pacientes.


Dado que la enfermedad afecta sobre todo a los 

pacientes que superan los 60 años de edad, la limitación

 funcional puede hacer que aumente el sedentarismo 

en estos grupos de población. Ello puede fomentar 

la obesidad , y con ello el riesgo de que aumenten los 

niveles de colesterolpresencia de diabetes, hipertensión, 





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