No des consejos a nadie y a un mendigo
dale una limosna, solo si te la pide…!!!
Del escritorio del Ing. Ramón Leonardo.
En muchísimas ocasiones de nuestras vidas, a todos
nos ha tocado aconsejar a alguien: A un pariente,
un amigo, una pareja sentimental y hasta
a un desconocido.
nos ha tocado aconsejar a alguien: A un pariente,
un amigo, una pareja sentimental y hasta
a un desconocido.
Es cierto es que aconsejar puede ser una labor loable,
preciable y hasta oportuna en ciertos momentos de
la vida, pero cuidado con querer aconsejar a alguien
que no te lo has solicitado. Justo ahí está el gran error.
Cuando nos lo soliciten, podemos a toda confianza
explayarnos, ya que quien lo solicitó está dispuesto
a escuchar y aplicar cualquier correctivo si fuese
necesario y por lo regular, suele agradecer, ponderar,
evaluar y aceptar los conceptos expuestos.
Qué ocurre cuando damos un consejo que no se
nos ha pedido; donde solo por el hecho de ver a
esa persona con tus ojos del alma, con los ojos de
la pureza y en ocasiones hasta con los ojos del
corazón, por la confianza que te inspira, por el
amor que siente por ella, por los sentimientos
que te mueven; independientemente de que
en algunos momentos sus palabras estén
divorciadas de su accionar, te arriesgas
a opinar sanamente en torno a una
nos ha pedido; donde solo por el hecho de ver a
esa persona con tus ojos del alma, con los ojos de
la pureza y en ocasiones hasta con los ojos del
corazón, por la confianza que te inspira, por el
amor que siente por ella, por los sentimientos
que te mueven; independientemente de que
en algunos momentos sus palabras estén
divorciadas de su accionar, te arriesgas
a opinar sanamente en torno a una
determinada conducta de su vida
o en torno a un acontecimiento
relacionado con su existir.
o en torno a un acontecimiento
relacionado con su existir.
Lo que ocurre en estos casos es algo indescriptible
ya que guarda gran relación con una serie de
componentes, que la mayoría son imperceptibles,
pero pernotan en los más íntimos confines del cerebro
y no obstantes poseer esa textura, se mantienen
aflorando en el momento más inesperado y te
sorprenderás cuando recibas un gran rechazo, el
cual está la mayoría de las veces ligado a una
fractura de la personalidad.
En el fondo del sentir crea condiciones que de una
u otras maneras se manifiestan de forma involuntaria
En el fondo del sentir crea condiciones que de una
u otras maneras se manifiestan de forma involuntaria
en el diario vivir de ese ser, producto de impulsos
reprimidos por la conciencia, que permanecen en el
inconsciente y afectan al sujeto, generando una falsa
identidad, impulsada por un componente de conductas
compulsivas, originadas regularmente por un factor
de vacío existencial que aísla, deprime y propicia en
ocasiones una pérdida de autoestima y un estado
de angustia y confusión intenso, propiciador de
Esto los lleva a asumir comportamientos que nos
dejan perplejos, siempre inducidos por un mandato
dejan perplejos, siempre inducidos por un mandato
incontrolable que emana del inconsciente, que lo
lleva a una presunción de grandeza en un momento
y a un desplome de la autoestima en otras, ambas
situaciones se presentan sin el debido control del ser
ya que emanan de las profundidades del inconsciente.
Por eso y por otras razones mi amigo lector, cuando
veas cometer un error a alguien a quien admiras y deseas
lo mejor, solo limítate a ver las razones por las cuales se
ha equivocado y trata de perdonar y nada más.
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